Que no se apague la luz del alma,la que brilla
en los corazones buenos; las manos juntas ,
como quién cuida el fulgor de una llama,
para que perdure...y no muera.
Y en la penumbra cómplice,inundada de
sombras y gemidos ,
mantener el amor encendido,
de cualquier forma...
Ser guardianes del afecto, centinelas de esa
luz, cobijo y esperanza futura
del porvenir...
No claudicar en el empeño por preservarla;
corazones cálidos,sensibles...habrá siempre
al abrigo de los que se aman...
Que no se apague nunca esa luz,
la luz del alma...
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